LOS JUEGOS DEL HAMBRE

martes, 5 de junio de 2012

GRANDES INVENTORES


Los hermanos Wright
fueron las primeras personas en fabricar un aparato volador más pesado el aire. Empezaron fabricando bicicletas, pero un día Orville, paseando por el parque, se cruzó con un pivón. Él le tiró los tejos y ella sin ningún complejo le cruzó la cara, añadiendo a continuación: "Cuando los cerdos vuelen". Orville, quien no era de los que las cogen al vuelo, se puso manos a la obra. Wilbur, por su parte, le vio tan ilusionado que no quiso decirle que moriría virgen.
  • Empezaron lanzando cabras de indias desde un campanario para estudiar su vuelo, hasta que se dieron cuenta de que las cabras no vuelan. A pesar de este fracaso para sus intenciones, lograron crear una bonita tradición popular.
  • Se hicieron unas alas de plumas de ganso unidas con cera, pero pasaron demasiado cerca de Charlize Theron y se derritieron.
  • Planearon dispararse con un cañón, pero, como ninguno de los dos quería ser el proyectil, se lo jugaron a patadas en los huevos. Ganó Wilbur, quien, tras quitarse las botas con punta de acero y llorando de la risa, dijo Venga, chicos, ya podéis llevaros la mezcladora de cemento mientras su hermano se retorcía en el suelo.
  • Construyeron el primer tunel de tomar viento, tal y como les había aconsejado otro de los frustrados ligues de Orville.
Finalmente, el 17 de diciembre de 1903 en Kitty Hawk, Orville tendría éxito (con lo de volar, de si pilló cacho con el pivón no ha quedado constancia). Se confirma así la famosa frase de que La necesidad es la madre de la ciencia.


THOMAS ALVA EDISON
Sus familiares emigraron de Ámsterdam en la década de 1831 y se establecieron en el río Passaic, en Nueva Jersey. John Edison, el abuelo del inventor, ingresó al bando de los británicos durante la Guerra de Independencia y, a final de la misma, tuvo que refugiarse en Nueva Escocia. Después de un tiempo se trasladó a Canadá para residir en Bangham, en la zona del lago Erie. Cuando estalló la rebelión canadiense en elaño de 1837, Samuel Edison (padre del inventor) se unió a los insurgentes. Una vez más la familia se vio obligada a huir a los Estados Unidos.
En 1840 Samuel Edison estableció una pequeña maderería en Milan, Ohio. Antes de que la familia se estableciera en Milan, Nancy, una canadiense de ascendencia escocesa, había tenido cuatro hijos. Posteriormente tuvo tres más, pero murieron tres de los primeros en la década de 1840 y los sobrevivientes tenían catorce, dieciséis y dieciocho años cuando el 11 de febrero de 1847, la esposa de Samuel Edison dio a luz a su séptimo hijo. Lo llamaron Thomas por un antepasado de la familia, y Alva en honor del capitán Alva Bradle.
En 1855 a los ocho años y medio Edison entra a la escuela. Después de tres meses de estar asistiendo, regresó a su casa llorando, informando que el maestro lo había calificado de alumno "estéril e improductivo". Es imposible establecer si Nancy Edison tomó muy en serio la opinión del maestro o si pensó que ella era mejor que el profesor de su hijo. El caso es que Edison recordó durante el resto de su vida el resultado del dichoso incidente:
En 1859 empezó a vender diarios en el tren matutino que iba de Port Huron a Detroit, así como verduras, mantequilla y moras. En Detroit el tren hacia una parada de seis horas, las cuales aprovechaba pasándola en el salón de lectura de la Asociación de Jóvenes (después Biblioteca Gratuita de Detroit). Ahí, comenzaba por leer el primer libro que se encontraba en el anaquel inferior y seguía por orden con los demás hasta terminar con toda la hilera.
Edison no sólo no quedaba satisfecho con leer, sino que comenzó a probar diferentes experimentos basándose en lo que leía en los libros de Ciencia. Utilizaba un vagón vacío como laboratorio, y luego para poner ahí una prensita de mano que se agenció cuando un amigo del Detroit Free Press le regaló algunos tipos. El resultado fue inmediato: el Grand Trunk Herald, semanario del que Edison tiraba cuatrocientos ejemplares.


Clark, Ronald W. (1977). Tomas Alva Edison: El Hombre que inventó el futuro. EDAMEX, Editores Asociados Mexicanos, S.A..ISBN 968-409-051-X.